El sistema inmunológico es nuestro sistema de defensa natural ante cualquier infección, parásitos, virus, tumores o bacterias. Para poder fortalecerlo, necesariamente debemos tener una alimentación completa y variada.
No sólo hay que enfocarse en la vitamina C., que es lo que veo que la gente está comprando como loca. Además de la vitamina C, hay que garantizar la ingesta de otros nutrientes
En el caso de la vitamina C, la encontramos en altas dosis en: guayaba, lechosa, mango (ya viene la temporada), piña y pimentón crudo. Cuando un alimento rico en vitamina C se somete por unos minutos al oxígeno, se oxida. Es decir, que pierde su propiedad antioxidante.
Lo mismo ocurre cuando los licuamos y cuando sometemos a un alimento rico en esta vitamina a altas temperaturas. Por eso es que no hacen nada licuando una naranja o una guayaba para tomar un jugo.
Es más, quienes piensen que tomando un vaso de agua tibia con limón, están ingiriendo altas dosis de vitamina C, no es así. Lo ideal es comer estos alimentos en su estado natural.
La vitamina E también nos ayuda a fortalecer el sistema inmunológico.
Ella está disponible en alimentos de origen grasas como el aceite, frutos secos, aguacate, así como en algunos cereales de grano entero.
La vitamina A también está disponible en alimentos grasos como el huevo, lácteos o mantequilla. Sin embargo, conseguimos carotenos que son precursores de vitamina A en algunas frutas y vegetales. Es el caso de frutas como la lechosa o vegetales como la auyama y zanahoria.
Las vitaminas del grupo B también son importantísimas, entre ellas, el ácido fólico que lo conseguimos en vegetales de hojas verdes y el resto de las vitaminas del grupo B las conseguimos muy bien en los cereales; de allí que sea importante no eliminar carbohidratos de la alimentación.
Los carbohidratos prácticamente nos proporcionan todas las vitaminas del grupo B, a excepción de la B12, que se consigue en los alimentos de origen animal, sobre todo en la carne y en las vísceras.
Los minerales también son importantes
Entre los minerales que fortalecen el sistema inmunológico están el zinc, el hierro y el selenio que se consiguen en alimentos de origen animal.
Por eso es tan importante incluir en la alimentación proteínas de alto valor biológico como carne, pollo, pescados, mariscos, vísceras, huevos, queso.
En las personas con dietas vegetarianas o veganas, es importante suplementar algunas vitaminas, entre ellas la B12, que nada más se encuentra en carnes y vísceras.
El hierro también es importantísimo suplementarlo porque el que conseguimos en alimentos de origen vegetal es el de tipo No Hem, que es el hierro de baja absorción (5{c0cfe86cb0836aa7786c8bfa52b26d0d0eda80058191deb76f2a022e59b46e39}, aproximadamente).
En algunos casos, también podría ser necesario suplementar con algunos ácidos grasos esenciales.
¿Qué pasa con la vitamina D?
La vitamina D tiene una función reguladora en el equilibrio del calcio y el fósforo, pero también tiene una función relevante en la modulación de la respuesta inmune, tanto en la innata (con la que nacemos), como en la adaptativa, que es la que vamos obteniendo a través de los años.
Por eso es muy importante que, sobre todo aquellas personas que viven en países con diferentes estaciones, que se hagan un examen de vitamina D en sangre para saber cómo están los niveles y si está por debajo de 30 mg/dl, suplementarla.
Eso sí, debe indicarla el especialista, no deben tomarla como consideren y a lo loco porque es una vitamina liposoluble que no se elimina por la orina y que crea toxicidad.
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Ariana Araujo Tovar
Nutricionista y creadora del Método COMA