Volver a comer es la parte más peligrosa del ayuno prolongado

Ya pasamos del ayuno intermitente a unas nuevas modalidades de este tipo de prácticas, como es el caso del ayuno prolongado, que propone pasar 48, 72 horas y hasta más sin comer, sólo tomando agua. Las consecuencias de este tipo de prácticas son muchísimas.

Hay un tema del que nunca o muy poco se ha hablado en cuanto a la alimentación, que es el síndrome de realimentación. Normalmente, se presentaba cuando una persona estaba hospitalizada, recibiendo alimentación parenteral y después tenía que volver a alimentarse. Sin embargo, ahora se está presentando en estas personas que hacen estos ayunos prolongados.

El síndrome de realimentación consiste en diversos trastornos metabólicos que pueden ocurrir después de una desnutrición severa o de someterse a ese ayuno por mucho tiempo y volver a comer. Esto es el resultado no sólo de alteraciones metabólicas, sino también de complicaciones cardiológicas, neurológicas, hematológicas, que pueden alterar algunas características del paciente.

Normalmente, hay un cuadro clínico en el cual hay una disminución del fosfato, que se acompaña con otras alteraciones en los electrolitos sanguíneos y que pueden traer cambios metabólicos en proteínas, grasas y carbohidratos. También puede estar marcada una deficiencia de vitaminas, disminución del calcio y del magnesio.

Así que si no recomiendo el ayuno intermitente, menos recomiendo el ayuno prolongado. Entre las cosas más importantes cuando recurren a estas prácticas está el cómo volver a alimentarnos

¿Realmente los ayunos prolongados ayudan o son falsas promesas?

El cuerpo siempre va a tener vías metabólicas para poder mantenernos, es decir, si tú pasas 24 horas sin comer no vas a morir, pero tu organismo va a utilizar algunos compuestos para mantener de pie, llevando a una pérdida de masa muscular, de masa ósea y hasta deshidratación lo que, evidentemente, puede traer serias consecuencias a largo plazo. Eso sin contar con que ninguna de estas prácticas toma en cuenta el aspecto psicológico; muy probablemente si a las personas que recurren a este tipo de prácticas les hicieran un test psicológico para determinar si hay conductas que evidencian algún trastorno de alimentación, arrojarían que hay signos de alerta.

Lo mismo pasaría con esas personas que se la pasan cambiando de una dieta a otra. Van muchas personas a consulta que me dicen que han hecho de todo, que han intentado con los ayunos, han hecho dieta keto, dietas basadas en plantas, dietas súper bajas en calorías y no ven resultados sostenibles en el tiempo, sin darse cuenta que lo que hay que trabajar es su relación con la comida.

Esa es una de las cosas que resalto cuando de ayunos se trata, no se enfoca en el cambio de hábitos, en enseñar a las personas a comer mejor. Todas esas dietas y prácticas se basan en una restricción seria por un tiempo, como si fuera mágica, para que luego puedas comer todo lo que quieras y al final, lo que hay que hacer es enseñar buenos hábitos de salud, entre los que también está permitido comer cosas diferentes eventualmente, eso no es ningún sacrilegio o pecado.

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Ariana Araujo Tovar

Nutricionista y creadora del Método COMA

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