Si a ver vamos, la gelatina es proteína casi en su totalidad. Existen dos tipos de este producto según su fuente: una es de origen animal, que se obtiene de la transformación del colágeno de huesos y cartílagos de cerdo o vaca, como efecto de su cocción; y la otra es la de origen vegetal, que se obtiene directamente de plantas y se utiliza principalmente en la industria farmacéutica y en la cosmética.
La gelatina que se utiliza para el consumo humano es la de origen animal y la que conoce o busca la mayoría es la fabricada de forma industrial, la que se vende en los supermercados y se suele consumir como postre, pero la mayoría de esas contienen azúcares añadidos, además de colorantes para darles un color particular.
En todo caso, lo que siempre recomiendo a mis pacientes es buscar aquellas que no tengan azúcar. Por otra parte, en su mayoría la que consigues en los supermercados no tienen porcentajes muy altos de proteínas. Una buena opción es emplear la forma en polvo sin sabor o la hoja de gelatina, que son opciones de origen animal, pero más naturales, sin colorantes y con más proteínas, y se pueden preparar agregando frutas como manzanas, fresas, melocotón o piña en trozos en el agua caliente, antes de preparar la gelatina.
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Ariana Araujo Tovar
Nutricionista y creadora del Método COMA