Las altas temperaturas, la humedad, los propios nutrientes de los alimentos (proteínas), y el tiempo que transcurre desde que se prepara la comida hasta que se consume son factores de riesgo para el crecimiento de patógenos, lo que aumenta las probabilidades de sufrir una intoxicación alimentaria.
Teniendo eso en cuenta, hay alimentos que no son los más idóneos para incluir en la lonchera:
- Ensalada de lechuga y/o brotes verdes: al estar fuera de la nevera y sazonadas con aderezos, pierden su textura. En todo caso, lo mejor sería llevarlos en envase de cristal y agregar el aderezo en el momento en el que se va a consumir.
- Huevos: si se transporta en un envase de plástico y está crudo, como una tortilla poco hecha o una mayonesa, existe un alto riesgo de contaminación bacteriana (Salmonella o Escherichia coli), ya que se rompe la cadena de frío. En esos casos deberías asegurarte de que va bien refrigerado en un envase térmico y hermético (Recuerda el truquito que te compartí de la botellita de agua congelada)
- Lácteos: tanto la leche, como el yogurt y la nata al transportarse sufren cambios de temperatura que rompen la cadena de frío, por lo que el lácteo podría cortarse y producir malestar intestinal.
- Carnes procesadas: cualquier tipo de carne que ha sido transformada con salazón, curado, fermentado, ahumado u otros procesos de manipulación para mejorar el sabor y preservar el alimento (salchichas, embutidos, etc) si no se guardan en los recipientes adecuados podrían perder sus propiedades organolépticas.
- A la plancha y rebozado: este tipo de preparaciones para las carnes y los pescados, una vez en el envase de plástico quedan más secas y, en el caso del rebozado o empanizado, pierde su textura
Si quieres aprender a elaborar un menú equilibrado que te ayude a comer más saludable y armar una lonchera con todos los nutrientes que tu cuerpo necesita, escríbeme a metodocoma@gmail.com para hacer tu cita.
Ariana Araujo Tovar
Nutricionista y creadora del Método COMA