Un hábito que NO es sostenible en el tiempo
Como el organismo trabaja tan cómodamente con la glucosa, al someterse a un plan de alimentación como este, generalmente comienzan a experimentar muchísima ansiedad por alimentos con glucosa porque a medida que el cuerpo va utilizando las grasas así como todas las reservas que tiene, el cuerpo activa una especie de “sistema de alarma”, que dispara o genera esa ansiedad que además no es esporádica sino que se va haciendo cada vez mayor.
Ahí es cuando muchos pudiesen pensar que se pone a prueba la fuerza de voluntad, pero la verdad es que yo no creo en ella.
Para mí la fuerza de voluntad es como una leyenda urbana, porque el hambre es un instinto que, como tal, el cuerpo busca la manera de satisfacerlo, por lo que hace que comamos.
5 aspectos importantes que se den tener en cuenta al momento de optar por este tipo de forma de alimentación es que:
- Puede propiciar el consumo excesivo de grasas. Como uno de los preceptos es que pueden comer grandes cantidades de grasas y proteínas, las personas tienden a comer grasas que no son saludables. He ahí otro de los grandes cuestionamientos de este tipo de plan de alimentación: suelen recomendarse la tocineta, chorizo y otros alimentos, cuyas repercusiones negativas y dañinas en el organismo, están más que demostradas. Si quien se somete a este plan tiene sobrepeso y dislipidemias como colesterol alto, está poniendo en riesgo su salud; igual que las personas que tienen hipertensión; porque las grasas saturadas tienden a obstruir las arterias, haciendo que el flujo sanguíneo a través de ellas se haga difícil. Eso hace que aumente la presión para tratar de hacer pasar de un lado al otro.
- No es una práctica saludable. No incentiva, enseña o fomenta ningún hábito alimenticio saludable. Generalmente, este tipo de dieta crea un efecto rebote mayor porque el cuerpo trata, de una u otra manera, de volver a guardar todas sus reservas de grasa, tras entender que ha pasado por una “situación o estado de emergencia”, en la cual se vio en la necesidad de activar los cuerpos cetónicos.
- Nuestro organismo no está diseñado para sobrellevar una dieta cetogénica. Necesitamos carbohidratos y vivir solo de proteínas no es posible.
- Puede traer como consecuencia déficit de vitaminas y minerales. En este tipo de dieta suelen eliminarse las frutas y algunos tipos de vegetales, entre ellos, los que tienen una carga de glucosa un poquito más alta como la zanahoria, auyama, cebolla y remolacha. Al excluirlos de la dieta, disminuye el aporte de algunas vitaminas como la C; y hay patologías asociadas al déficit de este tipo de vitamina como es el caso del escorbuto.
- Los cuerpos cetónicos en altas cantidades son tóxicos para el organismo. Cuando el organismo está sano tiene la capacidad de eliminar el exceso de cuerpos cetónicos a través del riñón, pero si hay algún problema metabólico que de por sí ignoren, el cuerpo no podrá deshacerse de ellos, haciendo que la sangre sea más ácida por lo que, si no está metabólicamente estable no podrá regular esa acidez.
Normalmente, para que el cuerpo pueda perder grasa corporal siempre tiene que haber un déficit de calorías y cuando las personas deciden hacer una dieta de este tipo por su cuenta, no toman eso en cuenta. Si el cuerpo no tiene ese déficit calórico, no entra en cetosis y no habrá pérdida de grasa. Por eso es vital consultar a un especialista.
Si tienes dudas acerca de la cantidad adecuada de calorías que estás o puedes consumir y crees que necesitas revisarlo con un profesional, en Método Coma podemos ayudarte. Contáctanos a través del correo info@metodocoma.com.
Ariana Araujo Tovar
Nutricionista y creadora del Método COMA