Aunque muchos no lo sepan, en líneas generales cada supermercado en el mundo tiene una distribución similar de sus productos.
Entender esta distribución ayudará a aprovechar al máximo la visita al supermercado para que el presupuesto rinda y la despensa se llene de alimentos nutritivos y deliciosos.
Cuida tu presupuesto en el supermercado
La distribución de los productos en los estantes del supermercado está estratégicamente diseñada para que lo primero que veamos sea el producto más caro o el más popular, con la intención de que sea ese el que adquiramos.
Es por esto que los artículos de mayor precio generalmente están ubicados a la altura de los ojos, para que resulten más atractivos. Lo mismo ocurre con los niños: los cereales azucarados, con dibujos, colores y caricaturas se encuentran en los estantes inferiores, para que ellos puedan verlos fácilmente.
A medida que avanzamos por los pasillos del supermercado, se nos hace más difícil resistir la tentación de los productos más llamativos, por lo que somos más propensos a tomar malas decisiones con respecto a nuestra alimentación.
Sin embargo, si aprendes a usar tu astucia en el supermercado no tendrás que recurrir a la fuerza de voluntad para evitar comprar alimentos costosos, altamente calóricos y poco saludables.
Para esto debemos diseñar nuestro menú y, una vez trazado este plan, saber dividir nuestro presupuesto.
- Entre el 60 y 70{c0cfe86cb0836aa7786c8bfa52b26d0d0eda80058191deb76f2a022e59b46e39} del mismo debe destinarse a comprar frutas, vegetales y tubérculos como papas y batatas
- El 30 o 40{c0cfe86cb0836aa7786c8bfa52b26d0d0eda80058191deb76f2a022e59b46e39} restante debe ser usado para adquirir proteínas como carne, pollo, pescado, quesos, huevos y jamón y cereales como arroz, quínoa, avena y pasta, productos que suelen encontrarse en los pasillos intermedios del supermercado.
Alimentos frescos en el supermercado
Todo nutricionista hace hincapié en la importancia de aprender a leer las etiquetas nutricionales de los productos. Sin embargo, los mejores artículos a escoger son aquellos que no tienen más de un ingrediente, es decir, aquellos productos frescos, sin aditivos o ingredientes añadidos.
Frutas, vegetales, carne, pollo, pescado, papa, arroz, quínoa, entre otros, son productos saludables que puedes encontrar en el supermercado. Comprar alimentos frescos nos ahorra la tarea de detenernos a revisar etiquetas y su contenido de grasa, sodio o azúcar.
Evita los extremos
Lo recomendable no es obsesionarse con llevar una dieta 100{c0cfe86cb0836aa7786c8bfa52b26d0d0eda80058191deb76f2a022e59b46e39} natural, pero la realidad es que solemos llevar muchos alimentos procesados cada vez que visitamos el supermercado. Si eventualmente (quizás una o dos veces a la semana) nos provoca comer algún producto industrializado, eso también entra en una dieta equilibrada (porque se trata justo de eso: vivir con equilibrio).
Si nos aseguramos de que 80 u 85{c0cfe86cb0836aa7786c8bfa52b26d0d0eda80058191deb76f2a022e59b46e39} de las comidas diarias que consumimos sean lo más naturales, podemos relajarnos con el 15 o 20{c0cfe86cb0836aa7786c8bfa52b26d0d0eda80058191deb76f2a022e59b46e39} restante.
Lo ideal es evitar productos altamente procesados como jugos, refrescos o galletas, sí sabemos que existen algunos productos con ingredientes añadidos que tienen etiquetas que debemos saber leer para escoger el que posea el mejor contenido nutricional y sacar el máximo provecho a nuestra visita al supermercado.
Ariana Araujo Tovar
Nutricionista y creadora del Método COMA