Cuidado con los productos empaquetados con gluten free

Muchas personas intolerantes al gluten en busca de mejorar su calidad de vida, deciden consumir una dieta libre de gluten. Pero si ese es el objetivo, ¿por qué en muchos casos buscan los ítems o productos gluten free (sin gluten) preempacados? Muchos de esos productos no son sanos por los diversos ingredientes que contienen. Vamos a echar un vistazo a los ingredientes que contienen algunos:

  • Grandes cantidades de azúcar
  • Ingredientes genéticamente modificados
  • Sustituyen muchos granos por harinas de maíz o arroz (que si no se consumen limitadamente y rotándolos en la dieta con la ayuda del nutricionista, puede causarnos los mismos problemas que el gluten.
  • Agentes espesantes que son difíciles de digerir (goma xanthan)
  • Muchos de ellos dicen no tener lactosa pero sí contienen caseína, una proteína presente en la leche.

Una dieta libre de gluten que no provea de los nutrientes necesarios no puede lograr su objetivo de sanar y recuperar el intestino. Muchos pacientes asisten a la consulta con el nutricionista diciendo que realizan una dieta sin gluten y sin caseína pero que siguen persistiendo los síntomas. La razón principal: están consumiendo alimentos procesados con los ingredientes antes mencionados que no les permiten sanar.

Puntos cardinales de la nutrición celíaca

Si estás siguiendo una dieta libre de gluten y caseína y todavía persisten los síntomas, considera elegir otros alimentos. Recuerda que en las etiquetas digan gluten free – casein free (libre de gluten, libre de caseina) no quiere decir que los otros ingredientes que utilizan para realzar el sabor sean sanos.

Es posible que las molestias gastrointestinales continúen después de haber iniciado una dieta libre de gluten y caseína. Recuerda que el desgaste del cuerpo después de haber estado tanto tiempo expuesto al gluten es muy grande.

Lo más común es que la persona haya desarrollado en todo ese tiempo una enfermedad autoinmune: internamente se favorece la inflamación y el estado nutricional de vitaminas y minerales es deficiente. Todos esos factores dificultan la sanación del cuerpo y en la mayoria de los casos no se comienza a sanar hasta que se elimina al agresor (gluten y caseína).

Enfermedades autoinmunes

La mayoría de los pacientes desarrollan una enfermedad autoinmune antes de que se diagnostique la intolerancia al gluten: enfermedad celíaca, tiroiditis de hashimoto, lupus, artritis reumatoidea, migraña, neuropatía, psoriasis y asma. Una vez que esa enfermedad autoinmune se desarrolló, tienen que pasar de dos a tres años para calmar a ese sistema inmunológico. Este proceso, por lo general, requiere de la investigación de otros alimentos y otros alérgenos ambientales.

Deficiencias nutricionales: mala absorción, mala digestión y necesidades aumentadas de micronutrientes

El gluten y la caseína pueden dañar: boca, estómago, intestino delgado, hígado, vesícula e inclusive el páncreas. Todos estos órganos son necesarios para la digestión, absorción y asimilación de nutrientes. El daño a estos órganos toma tiempo en reparar y esa mejoría tiene que basarse en una buena alimentación. Si una persona está severamente comprometida, el camino hacia la recuperación se enlentece. Una herramienta necesaria para lograr esa recuperación es el uso de enzimas digestivas.

Infección: un factor olvidado en el proceso de recuperacion

El gluten altera la flora normal del intestino, la flora bacteriana buena. Ese cambio en la flora puede predisponer a la persona a infecciones secundarias. Es muy común ver a personas con intolerancia al gluten desarrollar infecciones bacterianas y virales, parásitos y hongos. Estas infecciones crónicas pueden debilitar el sistema inmunológico haciendo más propensa a la persona para enfermarse. Por ejemplo, la sobrepoplación de hongos contribuye con la aparición de inflamación y dolores musculares, fatiga y perdida de la memoria.

El gluten crea huecos microscópicos en el intestino (leaky gut = intestino permeable). Estos huecos permiten el paso de proteínas enteras (sin metabolizar) y de microorganismos que llegan al torrente sanguíneo. Este proceso contribuye a más deficiencia inmunológica y persistente inflamación.

¿Continúan los problemas intestinales siguiendo una dieta libre de gluten?

 

 

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