El azúcar siempre es un gran tema a nivel de salud, del cuerpo y de la mente, porque los estados emocionales dan muchas ganas de comer dulce.
El sabor dulce de las frutas se debe a que contiene fructosa, un tipo de azúcar. En ellas está presente de forma natural, pero la fructosa junto a la glucosa, también están en el azúcar refinado o de mesa y en el jarabe de maíz. Ambos edulcorantes se utilizan como ingredientes habituales en la preparación de alimentos procesados, salsas y condimentos, dulces y bebidas refrescantes edulcoradas. Muchos estudios asocian una alta ingesta de estos productos con una mayor incidencia de enfermedades metabólicas, como la obesidad, la diabetes, el hígado graso y los lípidos en sangre.
¿Entonces el azúcar de la fruta es bueno o malo?
El consumo de fruta como tal en nuestra dieta es saludable, porque al comerla entera no ingieres la fructosa en forma aislada, sino con todos los demás nutrientes que ella tiene (fibra, minerales, vitaminas, etc.) Además, la mordemos y la masticamos, haciendo que todos eso nutrientes se mezclen con nuestra saliva y los jugos digestivos, lo que hace que la fructosa que contiene se incorpore lentamente a nuestro organismo.
En cambio, cuando ingerimos una gran cantidad de fructosa presente en alimentos procesados como un dulce, una salsa, un helado o, sobre todo, en forma líquida, en una bebida azucarada, la cosa es diferente. Inundamos nuestro tubo digestivo de fructosa, disuelta en agua, que es absorbida rápidamente por las células intestinales y, de allí, al hígado, donde se transforma en grasa.
El hígado se encarga de repartir este exceso de grasa en todo nuestro organismo. Si esto sucede de forma aislada, no tiene mayor importancia. Pero si consumimos esos alimentos de forma abundante y frecuente, a largo plazo tendremos problemas de salud.
Si quieres saber cuál es la forma más saludable de darle azúcar a tu cuerpo aquí estoy. Escríbeme a metodocoma@gmail.com para hacer tu cita.
Ariana Araujo Tovar
Nutricionista y creadora del Método COMA