Las grasas son necesarias en la alimentación habitual y su efecto en nuestro cuerpo depende en gran medida de su calidad. Así, un nuevo estudio ha evaluado el impacto de diferentes tipos de grasas en la mortalidad por diferentes causas, confirmando que para reducir el riesgo de muerte es importante sumar grasas insaturadas (saludables) a la dieta
Los resultados señalan que el consumo de grasas poliinsaturadas como el omega3 se vincula a reducción de la mortalidad por enfermedades cardiovasculares y cáncer, mientras que grasas monoinsaturadas que podemos encontrar por ejemplo en el aguacate, aceitunas o aceite de oliva se vincula a una disminución de mortalidad por todas las causas.
Los frutos secos también son ricos en Omega 3, y con ellos me refiero nueces y las almendras, a las que se atribuyen propiedades para proteger el corazón, ya que reducen los niveles de colesterol malo. Como todo alimento es importante controlar la cantidad y evitar los excesos para evitar un efecto contrario al que se está buscando.
Un incremento de hasta 11{c0cfe86cb0836aa7786c8bfa52b26d0d0eda80058191deb76f2a022e59b46e39} en el consumo de grasas saturadas aumenta la mortalidad por cáncer, mientras que sólo un 1{c0cfe86cb0836aa7786c8bfa52b26d0d0eda80058191deb76f2a022e59b46e39} más de la #energía derivada de grasas trans se tradujo en un aumento de la mortalidad por diferentes causas.
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Ariana Araujo Tovar
Nutricionista y creadora del Método COMA