Así como ocurre con otros vegetales, los de hoja verde son una fuente muy importante de fibra, un nutriente que participa en la regulación del tránsito intestinal, la ralentización de la absorción de azúcares y grasas o la eliminación de colesterol. Además, en muchos casos, pueden tener un alto contenido en agua.
Este tipo de vegetales contienen clorofila, carotenoides, ácido fólico y algunas vitaminas en su composición, sustancias capaces oxigenar la sangre, mejorar la producción de glóbulos rojos, normalizar la presión arterial, favorecer la regeneración celular, entre otros beneficios. Es importante consumir diferentes variedades de vegetales de hojas verdes para obtener los distintos nutrientes. De todos, el que menos nutrientes aporta es la lechuga.
Berro: Tiene un un alto contenido en vitaminas A, C y K, además de ser muy bajo en calorías.
Acelgas: Tiene alta concentración de vitamina K y de magnesio.
Espinacas: Ricas en hierro y potasio, sin embargo, también son ricas en oxalatos, un componente que dificulta la asimilación de algunos minerales. De hecho, la espinaca es muy rica en calcio pero solo absorbemos un 5% por esas sustancias.
Rúcula: Es rica en vitaminas A y C, y posee una gran cantidad de calcio.
Brócoli: Rico en minerales y vitaminas esenciales. Destaca la vitamina B12.
Col rizada o kale: Contiene altos niveles de vitamina A, C y K más de 45 flavonoides, compuestos que protegen al organismo contra la oxidación.
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Ariana Araujo Tovar
Nutricionista y creadora del Método COMA